Isla de Pascua, o Rapa Nui en lengua polinésica, es uno de los puntos más aislados del planeta, ubicada a 3.700 kilómetros de Caldera, en la III Región, y a 4.000 kilómetros de Papeete, capital de la Polinesia francesa. La distancia, no obstante, no ha impedido que enfrente problemas ambientales propios de casi todo lugar habitado en el mundo.
Según el censo nacional del año 2002, Isla de Pascua cuenta con una población de 3.791 habitantes, presentando un aumento del porcentaje de variación intercensal respecto del año 1992 de 38%. Este crecimiento es explicado, mayoritariamente, por el establecimiento definitivo de nuevos habitantes, especialmente de Chile Continental, atraídos por el clima y la calidad de vida. Por decenios, la principal fuente económica de Isla de Pascua ha sido el turismo, que durante 2008 sumó la visita de 60.733 viajeros, con un tiempo de permanencia promedio de 5,1 días. Cifras globales que ponen en jaque los sistemas natural y social de la isla.
En los últimos años, el municipio, las instituciones públicas y las empresas del sector turístico en Isla de Pascua han expresado su preocupación por la conservación y protección del patrimonio cultural y natural, en razón a las condiciones de fragilidad del territorio y al crecimiento económico que se registra cada año. Esta visión también se ve reflejada en los diferentes estudios y proyectos ejecutados, tales como el realizado por la consultora Ambar: “Estrategias y Acciones para la Conservación, Uso y Aprovechamiento de los Recursos Patrimoniales de Isla de Pascua”, que sugirió una serie de recomendaciones que actualmente son el punto de partida para la toma de decisiones en diferentes ámbitos del desarrollo local.
En cuanto a las acciones, cabe destacar el “Acuerdo de Producción Limpia en el Sector Alojamiento Turístico y Gastronómico de Isla de Pascua”, iniciativa surgida por parte del sector privado que aborda acciones respecto de inocuidad de los alimentos, seguridad ocupacional, eficiencia energética y manejo de residuos sólidos, entre otros.
Residuos sólidos domiciliarios
Al abordar temas ambientales, los trabajos y análisis apuntan, en general, a que uno de los factores críticos de la gestión ambiental en la Isla de Pascua es el manejo de los residuos. En lengua Rapa Nui, la palabra basura simplemente no existe, pero el problema se hace cada vez mayor en la medida que se alcanza la capacidad de carga de la isla dado por el aumento de la población.
Hoy en Isla de Pascua se generan 5 toneladas diarias de residuos sólidos domiciliarios, cifra que se eleva a 8 toneladas en época estival. Estas cifras se ven agravadas por cuanto en la comuna existen 2 vertederos que no cuentan con las condiciones sanitarias mínimas y no cumplen con ninguna normativa vigente.
Para enfrentar esta situación, en los últimos 5 años se han implementado variados programas de reciclaje. El más significativo fue el que se realizó en 2005 con la empresa Coca-Cola, que fomentó entre la comunidad la separación en origen de residuos reciclables, principalmente de plásticos PET. Dicha iniciativa, que tuvo un especial foco en los niños, permitió a la comunidad ver el tema del reciclaje como una posibilidad real de solución de un problema creciente.
Inicialmente este trabajo se tradujo en varios envíos al continente, a través de Lan Chile, de residuos reciclables. No obstante estos primeros resultados alentadores, en Rapa Nui se manifestó un nuevo brote del mosquito transmisor del virus del dengue (Aedes aegypty), que puso en alerta tanto al gobierno como a las instituciones públicas de la comuna. Como medida de emergencia se prohibió el traslado al continente de cualquier residuo u otro elemento que pusiera en peligro la salud ambiental.
En la actualidad, la Autoridad Sanitaria cuenta con un protocolo para el acopio y traslado de ciertos residuos (PET, vidrio, cartón, papeles, aluminio, tetrapack, chatarra, electrodomésticos, etc.), procedimiento que consiste en acopiar los residuos en un lugar techado para cumplir una cuarentena de 1 año. Esta medida permite que el material reciclable sea trasladado en forma segura al continente.
Manejo integral
En marzo de este año, la municipalidad, con recursos de la Subdere, comenzó la implementación del proyecto Plan de Manejo Integral de Residuos Sólidos y Saneamiento Ambiental de la comuna de Isla de Pascua, una iniciativa que comenzó a gestar en 2006 la actual alcaldesa, Luz Zasso, en ese entonces directora de la Dirección de Obras Municipales.
La oficina de SECPLAC-Unidad de Residuos Sólidos está encargada de la implementación de este plan, cuyo diseño ha puesto énfasis en la reducción de la generación, la reutilización de los residuos como materias primas, la ampliación e implementación de una planta de reciclaje y el aprovechamiento de los residuos para otros procesos productivos como generación de biodiésel, biogás, energía eléctrica, entre otros.
En forma paralela, se ha involucrado a diferentes actores para alcanzar soluciones que permitan enfrentar el problema de los residuos sólidos. En el marco del proyecto se han realizado gestiones con el sector privado que han dado como resultado, entre otras iniciativas, la firma de un convenio entre Transportes Balbontín, Bravo Energy, Naviera Danvi Ship, Sasipa y la Municipalidad de Isla de Pascua, con el objetivo de retirar, transportar y tratar en territorio continental todos los residuos de aceites lubricantes, baterías de autos y aerosoles generados en la isla.
Una iniciativa que se concretó recientemente, surgida luego de la participación de la municipalidad en AmbientAL 2009, fue el convenio de cooperación firmado entre el municipio y la empresa Gerdau Aza. Esta empresa, además de apoyar una campaña integral de reciclaje, donará una máquina compactadora de chatarra que será diseñada para las necesidades de Rapa Nui. Este equipo permitirá reducir el volumen de las casi 100 toneladas de chatarra ferrosa existente en distintos puntos de este territorio insular.
El municipio tiene la certeza que el problema de los residuos sólidos, un desafío para la sustentabilidad de Rapa Nui, será solucionado gracias al trabajo que se realiza en torno del Plan de Manejo de RSD y la participación activa de los sectores público, privado y la comunidad.
